jueves, 19 de junio de 2014

Te adoro con devoción







"Adoro te devote" es uno de los cinco himnos que santo Tomas de Aquino compuso en honor a Jesús Sacramentado por pedido del Papa Urbano IV con motivo del establecimiento en 1264 de la festividad de Corpus Christi.
Han pasado 750 años y esta oración no ha perdido ni una pizca de su belleza, sea cantada en latín o en cualquier otra lengua, con canto gregoriano o con acordes modernos...
Cuando un alma contempla a Jesús verdaderamente presente en la Eucaristía, cuando le es dado abismarse en este misterio, desborda interiormente y canta así...

Adoro te devote, latens Deitas,
Quae sub his figuris vere latitas:
Tibi se cor meum totum subiicit,
Quia te contemplans totum deficit.
Visus, tactus, gustus in te fallitur,
Sed auditu solo tuto creditur.
Credo quidquid dixit Dei Filius:
Nil hoc verbo Veritatis verius.
In cruce latebat sola Deitas,
At hic latet simul et humanitas;
Ambo tamen credens atque confitens,
Peto quod petivit latro paenitens.
Plagas, sicut Thomas, non intueor;
Deum tamen meum te confiteor.
Fac me tibi semper magis credere,
In te spem habere, te diligere.
O memoriale mortis Domini!
Panis vivus, vitam praestans homini!
Praesta meae menti de te vivere
Et te illi semper dulce sapere.
Pie pellicane, Iesu Domine,
Me immundum munda tuo sanguine.
Cuius una stilla salvum facere
Totum mundum quit ab omni scelere.
Iesu, quem velatum nunc aspicio,
Oro fiat illud quod tam sitio;
Ut te revelata cernens facie,
Visu sim beatus tuae gloriae.
Amen


Rendido a Ti te adoro, oculta deidad,
que bajo esta forma en verdad estás.
Todo a TI someto entero el corazón,
porque al contemplarte muere por tu amor.
Vista, tacto, gusto fallan ante Ti.
El oído basta para decir sí.
Creo cuanto DIjo el Hijo de Dios.
No hay verdad más grande, pues Él lo afirmó.
La Cruz escondía tu divinidad,
ahora aquí se oculta tu humanidad.
Ambas cosas creo y confieso yo.
Y pido lo mismo que aquél buen ladrón.
Tus llagas no veo como vio Tomás.
Mas que Tú eres mi Dios quiero confesar.
Que en Ti crea siempre, siempre más en Ti,
de Ti todo espere, te ame sólo a Ti.
¡Oh real presencia de Pasión y Cruz!
Pan vivo que prestad vida al que amas Tú.
A mi alma dale que viva de Ti,
y que la dulzura sienta siempre en Ti.
Tu Carne me entregad, mi Señor Jesús.
Limpia mi inmundicia tu Sangre de Cruz.
De la que una gota puede ya bastar,
y del mundo entero el pecado borrar.
Jesús, que escondido veo ahora yo,
ruego que se cumpla ya mi gran pasión:
que tu rostro vea sin sombras, Señor,
y feliz contemple tu gloria, mi Dios. Amén.


 
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